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Costa Rica Independiente

Una historia de 103 años y contando
Autor: Cristhofer Corrales

Nuestro país celebra su espíritu soberano 

Imaginá una mañana en las montañas de Costa Rica del siglo XIX. El sol aún no ha salido por completo, pero los primeros rayos dorados empiezan a iluminar los cafetales, el olor a café fresco y tortillas empieza a refrescar el día.  

Los ticos de antaño continúan con su día a día, ajenos a una noticia que cambiaría su historia para siempre. Unos labrando la tierra, otros recogiendo café o cortando caña.  

Al norte, a más de mil kilómetros de distancia, en Guatemala, el 15 de septiembre de 1821, se había declarado la independencia de toda Centroamérica. Pero en esa época, las noticias no viajaban a la velocidad de la luz, y lo que sucedía en el corazón de la región tardaba en llegar hasta los rincones más remotos. 

La independencia de Costa Rica no fue un acontecimiento lleno de batallas épicas o levantamientos violentos. A diferencia de muchos de sus vecinos, los costarricenses logramos la libertad de una manera casi pacífica. Sin embargo, esto no significa que fue un proceso fácil. 

Recordemos el camino pacífico hacia la libertad: así fue el proceso de independencia de Costa Rica 

Para entender cómo llegó este pequeño país a ser libre, primero debemos retroceder en el tiempo, cuando Costa Rica era parte del vasto Imperio Español. 

En aquellos días, toda América Central formaba parte del Virreinato de Nueva España, un territorio que incluía desde México hasta Costa Rica. Desde Europa, los monarcas españoles gobernaban y se beneficiaban del trabajo de los pueblos latinoamericanos y su riqueza.  

Pero, poco a poco, las voces que clamaban por la libertad comenzaron a alzarse. Fue en 1808, cuando Napoleón Bonaparte invadió España, que los sueños de independencia de América Latina encontraron una oportunidad. Con España debilitada, el momento de la rebelión había llegado.  Además, países de América del Sur ya se habían independizado de España.  

Aunque en muchos lugares de América Latina las guerras de independencia fueron crueles, violentas y largas, como en México o Perú, en Costa Rica la historia fue diferente.  

Debido a su lejanía y a su menor importancia dentro del imperio, los ticos evitaron gran parte de los enfrentamientos y de toda la sangre derramada que otras naciones experimentaron. Sin embargo, eso no hacía menos significativa la lucha por nuestra libertad. 

El 15 de septiembre de 1821, se tomó la decisión en Guatemala: Centroamérica era libre de España. Pero en Costa Rica, la vida continuaba sin que nadie supiera que su destino había cambiado. Fue hasta semanas más tarde, cuando la noticia finalmente llegó, que los costarricenses descubrieron que eran independientes. Fue un momento de alegría, pero también de incertidumbre. ¿Qué significaba ser una nación libre? ¿Qué camino tomarían? 

La historia de la independencia de nuestro país es una historia de esperanza, paciencia y resiliencia.  

Aunque no hubo grandes batallas en su suelo, la libertad se ganó con firmeza y decisión.  

Hoy, 203 años después, los costarricenses seguimos y debemos celebrar aquel momento con orgullo, recordando que la libertad, aunque llegó de forma pacífica, fue el resultado de años de sueños y esfuerzos compartidos. 

Siempre es un buen momento para abogar por cuidar nuestra soberanía, nuestros recursos naturales, la flora y fauna que hacen de nuestro país un territorio como ningún otro. De la misma forma, debemos procurar no perder nuestra democracia y soberanía.  

Cada paso al camino hacia la soberanía fue un recordatorio de que, aunque pequeño, este país posee cosas que lo hacen muy grande.  

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