Ser estudiante no es tarea sencilla. Entre clases, tareas, trabajos y exámenes, también hay que encontrar tiempo para la vida social, el descanso y, en muchos casos, el trabajo. Lograr un equilibrio entre el estudio y la vida diaria puede parecer desafiante, sin embargo no imposible.
Por esto es importante tomar en cuenta los siguientes consejos prácticos, para así lograr organizarse sin sacrificar el bienestar personal.
1. Planificá tu tiempo de manera efectiva
La gestión del tiempo es clave para evitar el estrés y mejorar la productividad. Usar una agenda, ya sea física o digital, puede ayudarte a estructurar tu día. Actualmente existen aplicaciones como Google Calendar, Notion o Trello, los cuales son excelentes herramientas para programar tareas, recordatorios y fechas de entrega. También establecer horarios fijos de estudio y descanso evitará que todo se acumule al último minuto.
2. Aprendé a decir “no”
A veces, por querer abarcar demasiado, terminamos agotados. Es importante aprender a decir “no” a actividades o compromisos que puedan afectar tu rendimiento académico o tu bienestar. No es necesario estar en todos los eventos o asumir responsabilidades que no podás manejar.
3. Usá técnicas de estudio eficientes
No se trata de estudiar más, sino de estudiar mejor. Por eso podés considerar utilizar el método “Pomodoro”, el cual consiste en dividir el estudio en bloques de 25 minutos con pausas cortas, esto ayuda a mantener la concentración sin agotamiento. También podés emplear el uso de resúmenes y grabaciones de voz para facilitar la retención de información. Estudiar en un lugar tranquilo y libre de distracciones hará que el tiempo de aprendizaje sea más efectivo.
4. Cuidá tu bienestar físico y mental
El equilibrio no solo es académico, sino también personal, dormir al menos siete horas diarias mejora la concentración y el rendimiento. También tener una alimentación saludable y desarrollar la práctica de ejercicio físico contribuyen a mantener la energía y reducir el estrés. Vinculado a esto, es fundamental reservar tiempo para actividades de ocio y relajación.
5. No dejés todo para último momento
La procrastinación es uno de los mayores enemigos del equilibrio, por ello es importante que, para evitar el estrés de los trabajos y exámenes de última hora, se recomienda dividir las tareas grandes en pequeños objetivos diarios o semanales. Trabajar con anticipación permitirá que los momentos de descanso sean realmente efectivos.
6. Mantené un equilibrio social
El estudio es importante, pero también lo es mantener una vida social saludable y activa, por esto compartir tiempo con amigos y familia ayuda a reducir la ansiedad y mejorar el estado de ánimo. Planificar salidas o actividades recreativas sin afectar los horarios de estudio es clave para evitar el agotamiento mental.
7. Busca apoyo cuando lo necesités
No hagás todo solo, si te sentís abrumado, buscá apoyo en profesores, tutores o compañeros de la U. También es válido hablar con amigos o familiares sobre tus preocupaciones o incluso buscar ayuda de un profesional en psicología.
Lograr un balance entre la vida académica y personal es un desafío, pero con una buena organización, técnicas de estudio adecuadas y cuidado personal, es completamente posible. Lo más importante es recordar que el bienestar y la salud mental deben ser una prioridad para un rendimiento óptimo.